Ven y bésame, evapora tus miradas sacando de un mordisco todas mis espinas.
Abraza este cuerpo y toca mi alma, dejando atrás el tiempo que transcurre incesante.
Cierra tus ojos y siente las mariposas volando en nuestras espaldas asimiladas la una a la otra.
Toma fuerte mi mano y no me dejes caer, si es necesario encadena mis piernas en las tuyas. Viéndolo así, nada podría suceder.
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