
Mi mejor compañia, mi poesía medicinal (cuerpo peludito)
Es que lo quiero tanto tanto que sus rasguños son caricas apaciguadas por su histérica vocecilla tan agria y falta de dulzura.
Y sus garritas que me tocan como lijas y me dejan sangrando cada vez que posan sus filos en mi espalda como la boveda que sostiene al mundo y yo lo miro y el quizá todavía no entiende por qué soy capaz de soportar tanto daño, es que para mi significa la vida entera, para mi es todo lo racional e ilógico presente en mi cabeza (en la calle codo a codo somos mucho más que dos).
Sus ojitos tan tapaditos que los tiene el pobrecito, pero yo le quiero igual y así noche a noche en mis brazos se recuesta y hablamos de lo incondicional del amor y nos damos cuenta que las malaventuradas ya no lloramos, solo comenzamos a adecuar estos senderos y tratamos con todas nuestras fuerzas de equilibrar este puente que vamos a cruzar.
Gatito chico grita todo lo que quieras porque NO te voy a soltar.
Una y mil veces mi lengua te niega y no es capaz de escapar.
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